Las situaciones más insospechadas pueden ser el caldo de cultivo para un gran clásico de la literatura.

Por ejemplo, un grupo de amigos (entre los que se cuentan nada menos que Mary y Peter Shelley y Lord Byron) que se reúne en Ginebra para pasar unas vacaciones (Mayo 1816).

“Frankenstein” surgió en la mente de Mary Shelley gracias al mal tiempo suizo, que obligó al grupo de amigos a pasar unas cuantas veladas en casa.

Cierta noche se empezaron a contar historias de fantasmas al calor de la chimenea, y al final de la velada Lord Byron propuso que cada uno inventase su propio relato de terror.

Esa misma noche Mary Shelley tuvo una pesadilla en la que un científico daba vida a un cadáver, y a partir de esta idea comenzó a escribir “El moderno Prometeo”, que inicialmente iba a aser un relato corto, pero que con el tiempo y el apoyo de Peter Shelley acabó siendo la novela que hoy conocemos.

Aunque en la novela no se detalla cómo Viktor Frankenstein da vida a la Criatura, es común que en el imaginario popular aparezcan descargas eléctricas de por medio; esta representación, muy común en las numerosísimas adaptaciones cinematográficas (la primera data de 1910,no es sorprendente si tenemos en cuenta los avances en el conocimiento de la electricidad y de la naturaleza eléctrica del impulso nervioso que se desarrollaron en la segunda mitad del siglo XVIII.

http://es.wikipedia.org/wiki/Pel%C3%ADculas_de_Frankenstein),

http://criptanaeneltiempo.files.wordpress.com/2012/05/el-jovencito-frankenstein-young-frankenstein-1974.jpg

Luigi Galvani (1737-1798) es conocido por sus experimentos con patas de rana, en los que provocaba un espasmo al poner dos metales diferentes en contacto con el músculo. Durante mucho tiempo defendió la teoría de que la corriente eléctrica era una especie de “fuerza vital” que se generaba dentro del propio organismo.

En 1794 sus investigaciones despertaron el interés de Alessandro Volta (1745-1827), que empezó a experimentar sólo con metales y llegó a la conclusión de que no es necesario ningún tejido animal para producir corriente… Estos resultados provocaron una fuerte controversia en la época entre los partidarios de la “electricidad animal” y la “electricidad metálica”.

El tiempo acabó dando la razón a Volta, que en 1800 demostró el funcionamiento de la primera pila eléctrica (la famosa pila Voltaica). El impacto de este invento fue tal que el propio Napoleón le invitó a exponer su descubrimiento en el Instituto de Francia.

Sin embargo, aunque Galvani no acertase en cuanto al origen de la electricidad, sentó las bases para futuros avances en medicina y fisiología. Hoy sabemos que los espasmos que él veía se debían a la transmisión de corriente electrica a través de las neuronas.

Actualmente el Science Museum de Londres tiene una exposición temporal sobre el conocimiemto del cerebro y la psicología en los últimos siglos y entre otras cosas se puede ver gran parte del instrumental que utilizaba Galvani para sus experimentos.

(http://www.sciencemuseum.org.uk/visitmuseum/Plan_your_visit/exhibitions/mind_maps/object_highlights.aspx)

Y esta exposición, a parte de ser una prueba más del impacto de los experimentos de Galvani, nos lleva de nuevo al punto de partida.

Porque “Frankenstein”, es un estudio del alma humana (psicología viene del griego ψυχή, psyché,alma) .

Sin cables ni úteros artificiales como los de las películas.

Una pesadilla y una persona con la sensibilidad adecuada nos dieron un libro que, mientras los científicos avanzan en el conocimiento del cerebro, nos sirve para entender cómo somos.

 

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