Desde hace varios años que se viene investigando el cómo determinados péptidos bioactivos presentes en varios alimentos funcionan como potentes vasodilatadores, inhibiendo la vasoconstricción arterial, y con ello el desarrollo de la hipertensión.
Un péptido bioactivo es una secuencia de aminoácidos, generalmente de 3 a 20 aminoácidos, que se presenta en forma inactiva en el interior de una proteína precursora o proteína madre, pero que tras su liberación mediante una hidrólisis química o enzimática, ejerce una determinada actividad in vivo.
Algunos alimentos poseen un péptido bioactivo llamado péptido inhibidor de ACE, que tras liberarse de la proteína madre, inhibe a la enzima que cataliza la conversión de angiotensina I en angiotensina II, siendo este último un potente vasoconstrictor, por lo que su inhibición, impide la contracción de las arteriolas.
Para ejercer un efecto antihipertensivo después de la ingestión oral, estos péptidos inhibidores de ACE tienen que alcanzar el sistema cardiovascular en forma activa, por lo tanto, tienen que permanecer activos durante la digestión por las proteasas humanas y ser transportados desde la pared intestinal hacia el torrente sanguíneo, proceso mediado por un sistema de transporte específico para péptidos.
Un gran número de péptidos inhibidores de ACE se han aislado de productos lácteos (queso, leche, y leches fermentadas), y han mostrado notables resultados al aplicarse en ratas y pacientes hipertensos.

Actividad inhibidora de ACE de proteínas lácteas. ECA IC50: concentración de péptido que inhibe la actividad de la enzima convertidora de angiotensina al 50%.
Por su parte, la administración de un hidrolizado de músculos del pescado azul Bonito a ratas hipertensas ha eliminado la hipertensión después de un periodo de cinco semanas de tratamiento utilizando una dosis de 15 a 60mg/kg.
También se han encontrado péptidos inhibidores de ACE en muchas fuentes vegetales, como en soja, germen de trigo, garbanzo, y colza; este último hidrolizado, administrado a ratas hipertensas, reduce significativamente la presión arterial 2 horas después de su administración por vía oral (0,15g/kg).
Durante los últimos años se han llevado a cabo estudios que describen la existencia de péptidos con actividad antihipertensiva además en otras fuentes alimentarias, como son el músculo de cerdo y pollo, huevos, ajo, gelatina, sake, vino, autolisados bacterianos, hígado, calamar, hongos, jalea real, algas marinas, y en algunas frutas y tés.
Esta característica hace de estos productos una buena y necesaria fuente nutritiva que no debe faltar en la dieta, y por tanto en las mesas de los consumidores.
Bibliografía:
- Juana Mulero Cánovas, Pilar Zafrilla Rentero, Adela Martínez-Cachá Martínez, Mariano Leal Hernández, José Abellán Alemán (2011). Péptidos bioactivos. Clínica e Investigación en Arterioesclerosis. Vol. 23. Núm. 05. Septiembre 2011 – Octubre 2011.
- Vermeirssen V., Van Camp J., Verstraete W. (2004). Bioavailability of angiotensin I converting enzyme inhibitory peptides. Br J Nutr. 2004 Sep;92(3):357-66.