
(wikimedia commons)
No será el primer caso ni el último en que el hombre se fije en la naturaleza para realizar nuevas invenciones. En el ámbito de la aeronáutica el paso que se está emprendiendo es imitar el vuelo de criaturas voladores, de aves y de insectos. desde 2010 investigadores de la Universidad de Carolina del Norte (EE.UU) estudiaron el vuelo de las aves para el futuro desarrollo de aeronaves no tripuladas. se trataría de aparatos voladores de ala batiente, realizando los mismos movimientos que loa pájaros. La empresa Festo ha desarrollado aeronaves no pilotadas que imitan el vuelo de un murciélago [1] este robot volador, aprovecha la características especiales es la membrana de sus alas del murciélago, que permite a los murciélagos controlar la curvatura del ala con sus dedos y mejorar la eficiencia aerodinámica.
Por otro lado, los ingenieros se fijan en seres más pequeños, como las arañas y las abejas. Un caso es el de las arañas robot saltarinas, proyecto en el que trabajan investigadores de la Universidad de Manchester. Concretamente se han fijado en una especie de araña, la Phidippus regius, capaz de saltar hasta seis veces su longitud corporal. Han registrado los movimientos de esta araña al realizar saltos y alturas, empleando para ello cámaras de alta resolución. De momento han logrado desarrollar robots capaces de imitar estos movimientos, aunque aún no han logrado más que saltos de corta distancia.
Otro objetivo del mismo equipo investigador es el desarrollo de abejas artificiales, aunque no se trata de la primera vez que se plantea esta idea de crear réplicas de estas maravillosas criaturas. Su aplicación principal sería la de polinizar, lo mismo que las abejas reales. Dado que la población de abejas está disminuyendo, estas diminutas máquinas voladoras servirían para cumplir esta función fundamental en la naturaleza. Podemos mencionar proyectos como el de Instituto Avanzado de Ciencia y Tecnología Industrial (AIST) que creado unos pequeños drones capaces de polinizar las flores. [2] sus minúsculos drones todavía no son autónomos y que no los han probado fuera de laboratorio.
En el caso de la investigación de la universidad de Manchester, su plan consiste en lograr abejas robot que puedan realizar vuelos de forma independiente, aunque Dr Nabawy reconoce que están aún lejos de lograrlo. Junto con el logro de conseguir polinizadores artificiales, otro de los resultados de esta investigación de abejas artificiales perseguida por el Dr. Nabawy sería el de la mejora en las prestaciones aerodinámicas actuales de las aeronaves.
Pero la NASA se ha fijado también en insectos artificiales, nada menos que para su investigación en Marte. La agencia aeroespacial americana ha financiado el proyecto de desarrollo de los “MarsBees”, del doctor Chang-kwon Kang, de la Universidad de Alamaba. Sus alas semejan realmente a las de un abejorro, que, tal y como asegura el doctor Kang, permite sustentar al robot en la tenue atmosfera marciana. Los “Marsbees” formarían parte de una misión de reconocimiento y recogida de muestras de Marte. Se trataría de un “enjambre” de estos robots dotados de sensores y equipados con sistemas de comunicación controlados desde un Rover que serviría de estación de tierra y de recarga.
Alfonso Martin Erro
(http://feynmania.blogspot.com/)
Referencias
[1] BionicFlyingFox Objeto volador ultraligero con cinemática inteligente
[2] Robotic spiders and bees: The rise of bioinspired microrobots
[4] There’s Now Very Strong Evidence We Really Are Killing Our Bees
[5] Walmart patenta robots abejas autónomas que “salvarán el mundo”
[6] NASA enviará abejas robot a Marte para estudiar su atmósfera