mnívoros, flexitarianos, vegetarianos, veganos… ¿quiénes llevan una dieta más ecoamigable? De acuerdo con un artículo multidisciplinario francés publicado en 2018, independientemente del nivel de consumo de comida orgánica, en la medida que una dieta se base más en plantas y menos en productos de origen animal, las repercusiones medioambientales negativas asociadas disminuyen. Asimismo, los investigadores señalan que los alimentos orgánicos solo aportan a la reducción de la huella ecológica cuando forman parte de dietas ricas en productos vegetales. Aunque sus deducciones deben extrapolarse a la población en general con cautela, los autores destacan que sus resultados son consistentes con predicciones y conclusiones de estudios internacionales previos. ¿Y cómo una alimentación sana puede ayudar a disminuir tu huella ecológica?
Efectos medioambientales de dietas basadas mayormente en productos animales
Sí, diferentes estudios indican que existe correlación entre alimentación sana y huella ecológica. Para entenderlo mejor, veamos algunas cifras sobre los efectos medioambientales de dietas mayormente basadas en productos de origen animal. Se considera que la ganadería emite 18% de los gases de efecto invernadero (GEI) producidos por actividades humanas en el mundo; 41% de dichas emisiones corresponde a la carne y 20% a la leche.
A lo largo de su cadena de producción y comercialización, la ganadería requiere abundante energía (electricidad, combustibles fósiles) para llevar a cabo actividades como alimentación y cría de animales, fertilización de tierras de pastoreo, además las tareas humanas propiamente administrativas y logísticas. A estos impactos negativos se suma la pérdida de biodiversidad ocasionada por destinar enormes extensiones de tierra a pastoreo y forraje, así como las ingentes cantidades de agua que la industria ganadera requiere para funcionar.
Beneficios medioambientales de dietas basadas principalmente en plantas
Los autores de la investigación francesa aseguran que en contraste, dietas sanas que privilegian el consumo de vegetales, frutas y cereales disminuyen la huella ecológica hasta 49.6% en emisiones de GEI, su demanda acumulada de energía es 26.9% menor y la ocupación de tierras se reduce 41.5%. Los científicos dividieron las dietas de sus sujetos de estudio en cinco grupos de acuerdo a una calificación cuyos extremos son:
- Omnívora, el Q1 (quintile one). Dietas con el mayor consumo de productos animales y el menor consumo de producto de vegetales.
- Provegetariana, el Q5 (quintile five). Dietas conformadas primordialmente por vegetales y que casi no incluyen productos animales o estos no figuran en absoluto.
Ahora bien, según otro estudio (publicado en 2012), la agricultura es responsable de una tercera parte de las emisiones globales de GEI. Si bien métodos verdes de producción podrían ser la respuesta, los franceses destacan que el impacto positivo de los productos orgánicos solo es significativo cuando forma parte de las dietas del Q5.
Qué bien por el medioambiente, pero… ¿y mi salud!
Los resultados del estudio sobre los impactos medioambientales de dietas provegetarianas y alimentos orgánicos señalan una relación directa entre una mayor calificación provegetariana y una mejor adhesión a los lineamientos dietarios franceses. Las personas cuyas dietas pertenecen al Q5, en general, consumen menos proteínas pero son quienes ingieren la mayor proporción de proteínas vegetales (28.3% más que los del Q1), ácidos grasos poliinsaturados y monoinsaturados; se percibió la misma tendencia respecto a carbohidratos, fibra, hierro no hemo y micronutrientes (betacaroteno, vitaminas B1, B6, B9, C, E y K, así como los minerales magnesio, potasio y manganeso).
Cabe destacar que, «más allá de los beneficios para el medioambiente, las dietas ricas en productos vegetales también proveen importantes beneficios nutricionales y de salud». Y, en palabras de la Asociación Estadounidense de Dietética, «las dietas vegetarianas adecuadamente planificadas, incluidas las dietas vegetarianas o veganas, son saludables, nutricionalmente adecuadas y pueden proporcionar beneficios para la salud en la prevención y el tratamiento de ciertas enfermedades».
Factores socioculturales y económicos en torno a la elección de una dieta en particular
Los investigadores franceses reconocen que en países como Francia, «donde comidas a base de carne y queso son parte integral de la dieta tradicional», las dietas veganas o vegetarianas siguen sin ser culturalmente aceptadas. Al parecer, poco importan los impactos medioambientales a la hora de decidir entre tofu y un filet mignon. «En este contexto, la calificación provegetariana, que caracteriza las dietas por el nivel de consumo de productos vegetales y animales, y no directamente por la exclusión de productos animales, es sumamente relevante», afirman.
Por último, veamos otros hallazgos destacados de la investigación:
- ser hombre o ser mujer no predispone a la adopción de una u otra dieta;
- es más probable que personas con más alta calificación provegetariana tengan niveles educativos más altos, sean más activas físicamente, no fumen y sean bebedoras moderadas;
- en el Q5 se encuentra el mayor porcentaje de sujetos con el nivel más bajo de ingresos por hogar (<900 euros);
- en el Q4 se concentran los individuos con el ingreso más alto (>2700 euros), también los que viven en unidades urbanas densamente pobladas.
Estoy de acuerdo que la disminución de productos que se obtienen a través de los animales son buenos para nuestro ecosistema ya que disminuimos los gases de efecto invernadero, también para el consumo de vegetales se requiere de cierto proceso pero es más natural y no afecta ni aumenta los gases de efecto invernadero, como lo dice en el articulo el consumo de vegetales no solo ayudaría al planeta si no también a nosotros, ya que de esta forma nos aportan más nutrientes y mejora nuestra salud.