La cultura del éxito, el problema educacional y el gen del emprendimiento que podría desaparecer
Voy a hablar desde una perspectiva científica; Aunque bien es cierto que, como todo en esta vida, la bancada del laboratorio se puede extrapolar a cualquier situación cotidiana… ¿Discusiones con tu pareja? Tranqui, ya está el doctorado para enseñarte a ser paciente; ¿Incomprensión social? La carencia de educación científica y un I+D inexistente te enseñan a estar solo en muchos momentos de tu vida; ¿Un experimento que no sale? Pues cuéntalo y siéntete orgulloso de él, ¿no?
La cultura hace un poco de daño
Me explico… Basándome en experiencias personales, de mi entorno y lo que veo cuando me pongo a leer papers en cualquier revista científica de alto impacto, me topo con, probablemente, un problema social (en todos los sentidos):
Nos encontramos en una cultura del éxito
Te pongo un ejemplo: Imagina que estás en clase, en alguna conferencia o charla o en tu primer día de trabajo. De repente, el ponente, profesor o responsable, hace una pregunta al aire. Sientes que sabes la respuesta, pero no estás seguro, así que te quedas callado… ¿Por qué?
Porque el fracaso no está de moda, no es viral, no es hashtag, ni trending topic.
Obviamente, la ciencia no va a ser diferente.
La forma en la que se educa a los jóvenes científicos para que den comienzo a su carrera profesional, puede que deje mucho que desear si piensas un poquito como yo:
Si quieres ser investigador, estás obligado (un poquito) a tenerlo todo claro desde el principio. No puedes optar a un doctorado si tienes una media inferior a un ocho en la carrera, ni títulos que acrediten que estás más horas delante del ordenador que metiendo las manazas en algún cacharro de laboratorio… En definitiva: Poco o nada se nos deja experimentar con nosotros mismos y el ambiente que nos rodea. Parece que quieran que salgamos del cascarón (siendo esté la graduación o el comienzo a la vida laboral), con rodilleras, coderas y casco.
¿Por qué no educarnos desde los errores para saber cómo hacerlo bien, aprender, y ver las equivocaciones como algo positivo? Para muchas cosas, se nos dice que la vida es larguísima, que ahora vivimos unos 90 años. Entonces, ¿por qué queremos que los jóvenes tengan todo claro desde el principio?
¿A qué lleva esto?
A miedo al emprendimiento. Si existiera un gen que expresara ese espíritu de emprendimiento, probablemente nos lo hubiéramos cargado con tanto miedo.
¿Qué podemos hacer?
Podríamos ponernos un reto semanal, algo que nos motivara dentro de este sector tan fascinante como es la ciencia. Lee esa novela de ciencia ficción que lleva acumulando polvo en la estantería desde que la compraste, infórmate sobre ese curso que tanto te gustaría hacer para dar un poco de forma a tu sueño, medita unos minutos al día a solas en tu habitación, o rastrea las necesidades en el mercado y estudia cuál o cuáles encajarían con tu perfil y vocación.
En definitiva, haz cualquier cosa para resetear tu organismo y sentirte vivo. Porque si es por los empleos precarios, el I+D imaginario, los contratos basura, y el miedo a realizar ese experimento que quizá te de un resultado negativo, nunca podremos desarrollar ese gen para impulsarnos al vacío, caer, aprender y, tal vez, conseguir algo.
Y sino, que se lo digan a Linus Pauling, su triple hélice de ADN, y como ese «error» sirvió de inspiración para descubrir la estructura de ADN que hoy en día conocemos.