Con este título quiero poner el foco sobre un tema del que tuve que reflexionar hace unos pocos días en relación a la preparación de un curso.

La actividad formativa tenía un enfoque muy relacionado con la incorporación de las nuevas tecnologías a los procesos metodológicos aplicados en la excavación arqueológica.

De hecho, a día de hoy, el trabajo de campo relacionado con este procedimiento sigue, por una parte, la misma metodología tradicional pero la incorporación de las nuevas tecnologías ha renovado la documentación, gestión e intercambio de datos arqueológicos, agilizando y facilitando el flujo de información tanto en el trabajo de campo como de laboratorio, que han visto cómo se reducen los tiempos de trabajo y se optimizan los recursos.

Realmente, desde mi punto de vista, la inflexión actual no se basa tanto en la incorporación de las TIC a la metodología arqueológica, algo que ya se venía realizando desde los 90 por equipos pioneros como el Proyecto Mirón o por los grandes proyectos potentemente financiados como el Equipo de Investigación de Atapuerca (EIA), sino el carácter amplio, global y generalizado que esta incorporación está teniendo en este momento.

¿En qué se basa este nuevo impulso? Varios son los factores.

En primer lugar, la arqueología, al igual que el resto de la sociedad, se ha visto beneficiada por la democratización las nuevas tecnologías.

Afortunadamente el acceso a multitud de recursos a través del software libre ha facilitado el fenómeno de renovación. Ya no existe una barrera económica que limita el acceso a determinadas herramientas cuya adquisición resultaba especialmente onerosa.

Es el caso de la mayor parte de los programas de diseño gráfico o los vinculados a los SIG.

El software libre permite además la cooperación en el diseño de aplicaciones específicas por los profesionales dedicados a la Arqueología.

Es decir, la posibilidad de colaborar en la mejora y desarrollo de los programas ha posibilitado la resolución de problemas concretos por quienes los padecen e intuyen las soluciones. En ocasiones, por muy bueno que sea un programa puede tener limitaciones cuando se aplica a un aspecto muy específico, como puede ser el registro de la documentación arqueológica.

En este sentido, son muchos los programas y aplicaciones que en la actualidad han actualizado el trabajo arqueológico.

Por poner alguno ejemplos, actualmente además de las generalizadas aplicaciones de OpenOffice, se emplean herramientas como:

– Piedrac (un software que gestiona de manera integral el registro en el campo)

– Oxcal(la aplicación de la Universidad de Oxford para calibrar fechas radiocarbónicas online)

– Harris Matrix composer, (para dibujar matrices estratigráficas); GvSig (alternativa al ArcGis)

– Inskape (semejante a Illustrator y Corel); DraftSight (que es un clon de Autocad que permite el dibujo en 2D y es una herramienta esencial para el dibujo de planimetrías y vectorización de dibujos arqueológicos)

– Topocal (aplicación para levantamientos topográficos),

Por no hablar de los programas que permiten realizar levantamientos fotogramétricos como:

– Agisoft PhotoScan

Y reconstrucciones en 3D como:

– Blender, cuya aplicación a la reconstrucción del Patrimonio Arqueológico está ofreciendo resultados espectaculares.

Desde luego, hay muchos otros que, pensados para otras disciplinas, también tienen su uso en Arqueología, como ImageJ (programa de procesamiento y análisis de imagen digital obtenidas habitualmente por microscopía). La gama, como se puede apreciar, es muy numerosa, y sigue creciendo.

planta simple

Planimetria obtenida a partir de GvSig

En este sentido, los nuevos profesionales, además de dominar los aspectos metodológicos clásicos, han de implementar su formación a través de la adquisición de destrezas y habilidades vinculadas a las nuevas tecnologías.

Se están convirtiendo en una nueva generación de arqueólogos 3.0, pues si en los años 90 e inicios de siglo XXI la mayor parte de los profesionales (la versión 2.0) tuvieron que adquirir un conocimiento relevante que modernizó sobre todo la presentación de los resultados, en esta ocasión la innovación está dirigida al corazón mismo de los procedimientos más básicos y esenciales.

Pero la renovación no solo se queda en este aspecto. Otra faceta verdaderamente destacada en la actualidad es la incidencia de internet y las redes sociales.

Sus consecuencias no solo se plasman en algo evidente, como es en la amplificación de la capacidad de difusión a través de nuevos canales accesibles a todo el mundo, sino que además han sido determinantes para poder optimizar los flujos de datos e intercambio de información dentro de los propios equipos, que se hace prácticamente a tiempo real a través de plataformas como Google Drive, las comunidades de Google +, los grupos de Facebook o similares.

Este aspecto ha dejado de ser algo simplemente anecdótico para convertirse en un modo de trabajo empleado con asiduidad por los equipos.

Por último, y no menos importante, es necesario destacar que los arqueólogos del futuro no han de descuidar algo que parece estar convirtiéndose en esencial.

Me refiero a la elaboración y gestión de un perfil profesional en las redes sociales. La visualización del trabajo y posicionamiento en las redes sociales permite no solo dar a conocer al profesional o investigador en sí, sino que es una fructífera manera de entablar relación con otros colegas con los mismos intereses y compartir problemas, dudas, soluciones, puntos de vista e, incluso, publicaciones que de otra manera son difíciles de conseguir.

En este aspecto, no solo es reseñable la interacción a través de un elemento universalizado como Twitter sino que son especialmente útiles otras redes como Academia.edu, ResearchGate o Linkedin.
academia

Página de inicio de Academia.edu

En definitiva, el arqueólogo del futuro, la Arqueología 3.0, se encamina a desenvolverse por nuevos caminos que inciden en la interconexión entre colegas que dejan en desuso el trabajo aislado, erudito, y promociona la proyección global, abierta e inmediata a la altura de las exigencias de este nuevo tiempo.

Eduardo
http://hicsitusest.blogspot.com.es/

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