¿Alguna vez has oído hablar de algo llamado “séptimo continente”? Para hacerte una idea de lo que puede ser esto te invito a que hagas un rápido escáner de los objetos que tienes a tu alrededor. Ahora analiza, ¿cuántos de ellos están compuestos por materiales plásticos, materiales no biodegradables y procedentes del petróleo? La gran mayoría de ellos, ¿verdad? Pues ahí tenemos la respuesta.

El “séptimo continente” o también denominado “plastisfera” es una gran masa de residuos plásticos que se encuentra flotando a la deriva en el océano Pacífico entre las costas de EEUU y Japón.

plastisfera greenpeace

Esta enorme isla de basura cuenta con una extensión de 1,5 millones de Km2 y con una profundidad de unos 15-30 metros (Greenpeace 2014). Está formada por 100 millones de toneladas de material plástico (de todos los tamaños) y residuos no biodegradables y persistentes en el medio ambiente y además se piensa que su tamaño se duplica cada 3-4 años.

Plastisfera 1

Se estima también que esta gran isla de basura es la causante de la muerte de un millón de aves, 100.000 mamíferos y millones de peces cada año que quedan enredados entre la basura o asfixiados por la ingesta de los residuos (Greenpeace 2014). Además, la superficie de esta masa plástica está colonizada por una serie de microorganismos, tanto procariotas como eucariotas, siendo alguno de ellos patógenos para el hombre y para los animales, como Salmonella sp. o Escherichia coli.

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El plástico, el material que ha revolucionado la vida moderna, apenas lleva usándose 60 años y en este periodo de tiempo tan corto se ha formado una isla de residuos del mismo de casi dos millones de Km2, imaginémonos lo que pasará dentro de 100 años. Asusta solo pensarlo. Pero, ¿cuál es la solución ante este problema?, porque no podemos eliminar este material de nuestras vidas, puesto que si lo hiciéramos acabaríamos con el resto de recursos naturales de la tierra (madera, aluminio, hierro…). Además a esto hay que sumarle las ventajas de ser un material con un coste de fabricación muy bajo, muy ligero (lo que abarata los costes de transporte y disminuye el consumo de combustible), higiénico y fácilmente trabajable. Es por todas estas razones por las cuales se producen cada año unas 60.000 millones de toneladas en todo el mundo. Ante esta enorme producción de materiales plásticos, la única solución reside en el completo y correcto reciclaje del mismo, ya que en todo el mundo solamente se recicla un 5% del plástico producido, el resto se entierra en vertederos, se quema o simplemente se abandona en ríos, lagos, mares, etc.

basura

Reducir, reusar y reciclar el plástico y sobre todo concienciarse de las repercusiones que tiene no hacerlo es la única manera de acabar con este problema. Porque sí, el plástico ha revolucionado nuestras vidas, pero hasta qué punto nos compensa y hasta cuándo, ya que estamos comprometiendo la supervivencia global del planeta contaminando hasta los lugares más vírgenes y remotos y por tanto comprometiendo también la nuestra.

Así que, ¿todavía creéis que no es necesario reciclar? El futuro del planeta está en nuestras manos.

Junto con el reciclaje, algo que nos ayudaría a solucionar el problema de contaminación masiva por plásticos sería el uso de bioplásticos biodegradables como alternativa a los plásticos convencionales. A pesar de que los bioplásticos aún no están industrialmente muy desarrollados por tener unos costes de producción más elevados, es algo que desde hace años se está estudiando en muchos laboratorios del mundo, cuyos trabajos de investigación se centran en crear plásticos biodegradables a partir de almidones vegetales (patata y maíz fundamentalmente) o mediante el uso de microoganismos, a partir de ácido poliláctico y polihidroxialcanoatos (PHAs). El ejemplo de bioplástico más usualmente visto y que ya se observa en muchos supermercados son las bolsas biodegradables hechas con fécula de patata.

Los polihidroxialcanoatos (PHAs) son compuestos de naturaleza lipídica sintetizados por procariotas y algunas microalgas, que los sintetizan cuando éstos están sometidos a un estrés nutricional, con limitación de fósforo y oxígeno, pero con una proporción abundante de carbono-nitrógeno, condiciones que pueden ser conseguidas fácilmente en los laboratorios. Estos microorganismos (300 especies de procariotas) sintetizan tantos PHAs, que pueden suponer hasta el 80% de su peso seco. Además acumulan estos polímeros en los gránulos de polihidroxialcanoatos, (como puede observarse en la imagen inferior), de donde se pueden extraer para su posterior manipulación de manera sencilla con disolventes orgánicos o por rotura de las células y posterior extracción acuosa.

pha 2

Dependiendo del microorganismo que se emplee y su metabolismo, de la longitud de la cadena, de si son homo o heteropolímeros y de los tipos de monómeros presentes, se van a poder sintetizar distintos tipos de PHAs con diferentes características, como la elasticidad, dureza, resistencia a la fotoalteración, estabilidad térmica, etc.

Además de ser biodegradables (180 días como máximo), los PHAs son compuestos que no provocan respuesta inmune, lo que abre un abanico de posibilidades en el campo biomédico y lo que los hace todavía más interesantes como objeto de investigaciones científicas.

Os invito a que veáis este documental sobre el uso de los plásticos y a que toméis conciencia sobre ellos: https://www.youtube.com/watch?v=3GBEdbui7AY

Referencias:

http://ecoinventos.com/plastisfera/

http://www.consumer.es/web/es/medio_ambiente/energia_y_ciencia/2014/03/24/219602.php

http://cienciadesofa.com/2013/11/isla-de-basura.html

http://www.fao.org/home/es/

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