Este es mi primer breve para MasScience, sólo espero estar a la altura. Tras pensar y buscar un tema interesante he decidido hablar de un tema de lo más peculiar: el hermafroditismo en animales, incluyendo al hombre.
Empecemos definiendo qué es eso del hermafroditismo. Hablamos de individuos hermafroditas cuando estos tienen los órganos reproductores característicos del sexo macho y hembra, es decir, que en un solo individuo encontramos los dos órganos de los diferentes sexos, pudiendo producir los gametos característicos.
Se trata de una estrategia evolutiva viable principalmente para especies donde cuesta trabajo encontrar a otros ejemplares para la reproducción. Es lógico pensar que si cuesta trabajo encontrar otro individuo para reproducirse, el hecho de poder actuar como cualquiera de los dos sexos es una gran ventaja adaptativa en este caso.
Aunque es cierto que pueden producir los dos tipos de gametos, es muy poco común que se produzca la autofecundación (sobre todo en animales).
Normalmente la reproducción puede seguir tres lineas principales, conocidas como hermafroditas simultáneos, dioicos alternados y hermafroditas secuenciales:
– Hermafroditas simultáneos: presentan los órganos reproductores de los dos sexos y en los actos reproductores los dos individuos se comportan al mismo tiempo como machos y hembras.
– Dioicos alternados: presentan los órganos reproductores de los dos sexos y en los actos sexuales eligen actuar como uno u otro sexo.
– Hermafroditas secuenciales: estos organismos nacen y se reproducen con un sexo, transformándose posteriormente en otro sexo.
En la naturaleza es posible observar fenómenos que no son hermafroditismos pero que sí pueden relacionarse de forma indirecta. Algunos de estos fenómenos se aprecian en especies con dimorfismo sexual extremo o en individuos con problemas de desarrollo.
En muchos animales, principalmente marinos, el dimorfismo sexual es tan extremo que en muchas especies el macho se vuelve un parásito de la hembra viviendo de ella y aportando únicamente su órgano reproductor masculino, pudiendo confundir a la hembra con un individuo hermafrodita al “presentar” los dos órganos.
Otro fenómeno relacionado es el seudohermafroditismo, donde animales con el aspecto externo de individuos de un sexo, presentan órganos reproductores internos del sexo opuesto. En realidad este último fenómeno es un problema de desarrollo, no una estrategia reproductiva.
En la especie humana no podemos hablar de hermafroditismo, dado que somo una especie puramente dioica, pero sí existen fenómenos de intersexualidad. Concretamente, os hablaré del síndrome de Klinefelter.
Cariotipo del Sindrome de Klinefelter.
Se trata de una trisomía del cromosoma sexual humano, donde aparecen dos cromosomas X (femeninos) y un cromosoma Y (masculino), en lugar del par cromosómico normal (XX o XY). Es relativamente común, estando presente en uno de cada mil hombres y estimándose que se abortan de forma natural casi el 50% de los casos.
Las características de este síndrome pueden expresarse de forma distinta en los individuos:
-Musculatura menos desarrollada que otros varones.
-Mayor volumen corporal en estado adulto, con tendencia a la acumulación de grasas y obesidad.
-Tendencia a desarrollar enfermedades autoinmunes.
-Elevado porcentaje de la presencia de micropene u otras malformaciones genitales.
-Esterilidad.
-Carencia o escasez de vello corporal.
-Libido bajo en estado adulto.
-Posibles retrasos relacionados con lenguaje, lectura y comprensión.
Volviendo al tema del hermafroditismo y para concluir mi primer breve en MasScience, me gustaría comentar que esta estrategia se asocia a animales con cierta simplicidad estructural, principalmente a los invertebrados inferiores, como es el caso de los moluscos.