Texto de José Vicente

Ilustraciones de Sara Chordà

Si alguna vez vais al Vaticano veréis un enorme museo, el llamado “museos vaticanos“, ya que hay miles de salas, en una de ellas está la sala de las musas. Los antiguos griegos tenían una rica mitología y en esta aparecían las musas, como inspiradoras de los artistas, como por ejemplo la musa de la música o la musa de la pintura. Todo eso es arte, pues bien la astronomía tiene su musa, la musa de la astronomía, pues para los antiguos griegos la astronomía a parte de ser una ciencia era un arte, para ellos era puro arte.

La Musa de la astronomía, estatua en los museos Vaticanos (el Vaticano, Roma).

Fig. 1. La musa de la astronomía. Urania. Museo del Vaticano.

 

Esta musa se llama Urania, y se la suele representar con un compás en una mano, y con una esfera celeste en la otra. La forma de esfera de los objetos astronómicos en la antigua Grecia era normal, pues ellos ya sabían que la tierra era redonda, incluso llegaron a calcular el diámetro de la esfera terrestre, lo hizo Eratóstenes.

Se incluían en le cielo su mitología en la forma de las constelaciones, esto se hacía como una forma de buscar en las estrellas las formas que más se parezcan a todas sus historias mitológicas. Era lo que se llama hacer un Catasterismo.

El     termino     catasterismo     define    el    proceso    de    transformación en aster (estrella) de un personaje mitológico, héroe, mortales, animales u objetos inanimados, que a partir de ese momento pasa a formar parte del firmamento como constelación.

Estos catasterismos se realizaron principalmente en la antigua Grecia, en la que se buscó dibujar en el firmamento toda su mitología, arte y costumbres, por tanto se debía de tener un cierto conocimiento del firmamento y de los cuerpos celestes que lo pueblan. Alguna constelación de la época de los   antiguos   griegos   son   Hércules, Perseo, Andrómeda, Orión o Cepheo entre otras muchas.

 

Unos siglos más tarde gracias a los navegantes que viajaban hacia el hemisferio sur de la Tierra hubo que realizar nuevos catasterismos pues aparecieron estrellas que no eran conocidas, por tanto en esa época de navegantes se colocaron en el cielo cosas relacionadas con temas de navegación, como el caso de la constelación de la Popa, La Vela, la brújula… etc., agrupando en catasterismos esas agrupaciones de estrellas.

 

 

Fig.2. Constelaciones. Sara Chordà.

¿Qué ocurriría sí ahora decidiéramos eliminar todos esos nombres y colocar nombres más modernos? ¿Qué pondríais en el cielo?, tenemos mucho para elegir: móviles, ordenadores, naves espaciales,”w” de Whatsapp, “C” de crisis… :-), miles de cosas y seguro que veríamos alguna constelación que agrupase esas formas, estaríamos haciendo un catasterismo.

Los personajes o cosas convertidos en constelaciones, tienen una descripción icónica según la cual los principales atributos del personaje aparecen reproducidos o directamente evocados en la disposición, el número y hasta el brillo de las estrellas. Es complicado a veces observar en el cielo estrellado estas constelaciones, probablemente sí un astrónomo os dice que hay un león en el cielo o que se ve a un héroe mitológico peleando con un dragón pensareis que es imposible de ver… pero aunque sea difícil de observar para personas que aun no reconocen bien las constelaciones, esas cosas y muchas más se pueden observar en el cielo y cuando las descubráis os sorprenderán totalmente.

Incluir a la astronomía como un arte en la antigua Grecia dice lo importante que era para ellos la astronomía, y la eleva a los niveles del arte, entonces ahora cuando miréis las estrellas pesad que estáis observando arte, estáis en un museo de miles de estrellas de maravillosa contemplación y vista única y espectacular.

Fig.3. Urania. Ilustración de Sara Chordà.

 

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