LA EDUCACIÓN ARTÍSTICA EN LA DEMENCIA.
Autora: Lorena López
Ilustradora: Eva Belenger
“El Arte conecta a las personas con su cultura y con su comunidad. Le da significado a sus vidas, un significado que las personas que viven con el Alzhéimer anhelan con todas sus fuerzas”. (Zeisel, 2011:81).
En la Sociedad, cada individuo es parte activa de su propia historia, civilización y cultura, que no finaliza cuando la persona se adentra en la etapa vital de la Tercera Edad. Por este motivo, el PROYECTO ARS –Proyecto de investigación en Arte y Salud– desde el 2010, pone en funcionamiento un programa de talleres de Arte para personas afectadas de demencia temprana y enfermedad de Alzhéimer, abierto también a cuidadores y familiares. En él se diseña, evalúa y acerca cualitativamente la Educación artística, desde una perspectiva cercana, vivencial y comunicativa, generando un espacio-tiempo que invite a la normalización, a que el participante exprese sus emociones por medio de la apreciación de obras de artistas de diferentes épocas y estilos y de la creación de su propia obra.
Fig.2. Ilustración de Eva Belenguer
Conscientes de las múltiples reacciones que provoca en la mirada del espectador una obra de arte: sensaciones de bienestar, disfrute, libertad, enriquecimiento individual y colectivo, etc. Se favoreció al participante un acercamiento con la realidad social y cultural que vivimos, estableciendo conexiones con su experiencia vital, recordando el ayer y el hoy, lo que nos permite trabajar el recuerdo y por tanto la memoria, en sus diferentes tipologías (memoria a corto plazo, memoria de trabajo, memoria autobiográfica). Se tomaron como referentes proyectos como el Proyecto MuBAM a nivel Nacional ó MoMA Alzheimer ´s Project, a nivel Internacional.
Los objetivos planteados en el proyecto, permiten trabajar procesos cognitivos y conductuales que potencien su sistema neuronal para revitalizar la memoria y retrasar su proceso degenerativo, mediante la transmisión de valores sensitivos y artísticos por medio de la implementación de actividades artístico–educativas, contenidos digitales, procesos técnicos (Pintura, Grabado, Fotografía, etc) y visitas guiadas a Museos, enfocadas y centradas en el proceso creativo, no en los resultados.
Las posibilidades y beneficios psicosociales que puede proporcionar el Arte, en la mejora de la calidad de vida, autoestima-autoconcepto y autonomía en personas con Alzhéimer y otras demencias, son numerosas, desde un enriquecimiento de las relaciones sociales intercambiando experiencias, hasta una mejora en su atención y contextualización.
Los resultados de este estudio muestran que el proyecto, ha logrado mostrar el potencial de las personas con demencia, no sólo artístico o creativo, sino también humano (Ullán et. al, 2012: 19), pues existe la posibilidad y capacidad de que personas con Alzhéimer en fase moderada puedan formar parte del desarrollo de actividades artísticas. Asimismo, se ha potenciado la comunicación interpersonal, provocando situaciones de humor y risas compartidas. Se han preservado tanto capacidades cognitivas y motoras como creativas.
Fig.6. ilustración de Eva Belenger
El proyecto diseñado con el objetivo de mejorar la auto- expresión creativa de este perfil de participantes, también ha contribuido a ofrecerles la oportunidad de expresar comportamientos de bienestar, es decir disfrute en el proceso, compromiso por intervenir, confianza en poder, emoción por recordar, interés social de familia y personal sociosanitario, etc).
Por lo tanto a través de la Educación Artística, pudiéndola inscribir como Terapia no Farmacológica y apoyándose en otras terapias como Terapia de reminiscencia o Terapia orientada a la realidad (TOR), puede forjar recursos y procesos de participación y creatividad a partir de los cuales el individuo puede encontrar la posibilidad de convertirse en un agente activo y protagonista de su propio aprendizaje por descubrimiento, a la par que reduce las cuatro AES del Alzhéimer:
Apatía, Ansiedad, Agitación y Agresividad.(Zeisel, 2011). Como también mejorar su valoración y reconocimiento (empoderamiento) por parte de la Sociedad, la cual precisa de una Tercera Edad que equilibre y establezca un puente entre pasado, presente y futuro.
Portada: ilustración de Eva Belenger
Esta investigación ha sido financiada por la Junta de Castilla y León y por el Fondo Social Europeo (ORDEN EDU/1204/2010, de 26 de Agosto) mediante una beca (PIRTU).
Profesoras Araceli Giménez y Ania Munera.