Los ácidos grasos son un tipo de grasa considerados esenciales, ya que el cuerpo no puede producirlos. Por lo tanto, debes buscar consumirlos a través de tu dieta.
A su vez, éstos son los encargados de mejorar la salud de cada una de las células que llevas dentro; las cuales serán benignas o malignas dependiendo de la dieta o ingesta de grasa que consumas.
En éste artículo aprenderás los aspectos más importantes, cuáles son los beneficios de incorporar los ácidos grasos omega 3 en tu vida y en cuáles alimentos puedes encontrarlos.
Dile adiós a la demencia senil
La demencia senil es un conjunto de síntomas entre los que resaltan: la pérdida de memoria, la incapacidad de llevar a cabo ciertas acciones que antes eran comunes en la vida de la persona y el deterioro del juicio.
Al consumir omega 3 fortaleces los telómeros, que son los encargados de proteger el DNA de las células. De ésta manera se ralentiza el proceso de envejecimiento y vulnerabilidad, previniendo la aparición de enfermedades.
No más inflamación
La inflamación es esencial para la recuperación de un tejido tras sufrir una herida o una lesión. Sin embargo, si ésta se prolonga puede provocar la destrucción del tejido afectado.
Existen diversas enfermedades que pueden derivarse de una inflamación común. La artritis, la diabetes y la hipertensión son algunas de las más comunes.
Cuando consumes omega 3 fortaleces tu sistema inmunológico y se restablece el funcionamiento normal de tu metabolismo, el cual permitirá que el tejido vuelva a su estado natural, disminuyendo la tensión y la rigidez articular.
Mejora tu visión
Las enfermedades de la retina como la Degeneración Macular asociada a la edad (en adultos mayores), destruyen la visión central y aguda, lo cual dificulta la lectura y observar detalles finos.
Por otra parte, el síndrome del ojo seco también puede afectar a cualquier persona. Éste se produce cuando no existe la producción de la lágrima o se ve comprometida. Ambas enfermedades pueden mejorar tras el consumo de los ácidos grasos omega 3.
Éstos actúan sobre la retina como una capa protectora, además de disminuir la concentración de la proteína VEGF, que es la responsable del aumento de los vasos sanguíneos y su rotura.
Por otra parte, en cuanto al síndrome del ojo seco los ácidos grasos benefician la producción de las lágrimas, haciéndolas más abundantes y de mejor calidad.
Cuida tu corazón
Los ácidos grasos omega 3 son principalmente conocidos por ayudar a prevenir el riesgo de un ataque cardíaco o infarto del miocardio. Incluso si los consumes después, aumenta considerablemente las probabilidades de supervivencia.
Por si fuera poco, su consumo beneficia la salud cardiovascular en muchos aspectos. Te contamos de qué manera:
- Ayuda a prevenir la trombosis (coágulos de sangre en los vasos sanguíneos).
- Estimula la producción de nuevos vasos sanguíneos.
- Previene la arritmia (el corazón puede latir demasiado rápido, demasiado lento o de manera irregular).
- Disminuye la presión arterial.
- Mejora el flujo sanguíneo.
- Reduce los niveles de triglicéridos (tipo de grasa en la sangre que puede ocasionar enfermedades cardíacas)
En conclusión, los motivos para tomar ácidos grasos omega 3 para el corazón son… ¡infinitos!
Alimentos que lo contienen
Los pescados, tales como: la caballa, que es un pescado graso azul ó el salmón, que con tan sólo comer de éste 1 o 2 veces a la semana ya habrá cumplido con lo que tu cuerpo necesita de omega 3.
También podemos encontrarlo en las sardinas, anchoas, atún, mero, trucha, ostras, camarones, langostas, tilapia y muchos otros pescados.
Si eres de los que no son fanáticos del pescado, puedes optar por consumir otros alimentos tales como: espinacas, brócoli, coliflor, fresas, semillas de chía, semillas de linaza y nueces.
Así como también puedes incluirlo con tus comidas favoritas añadiendo aceites como el aceite de linaza, aceite de hígado de bacalao, aceite de Krill, aceite de pescado o aceite de canola.
¡Más ácidos grasos!
Los ácidos grasos omega 3 no son los únicos que existen. También existen los omega 6 y omega 9.
El omega 6, al igual que el omega 3 no es producido por el cuerpo, por lo tanto debes buscar ingerirlo mediante la alimentación. Es importante mantener un equilibrio entre ambos, de lo contrario podrías desarrollar enfermedades como el cáncer o la artritis.
Por el contrario, el omega 9 si es producido por el cuerpo y aún así incorporarlo mediante alimentos a tu dieta puede resultar beneficioso.