Las ETAs se previenen comiendo alimentos inocuos. En la jornada anual que promueve la inocuidad de la comida, la ONU destaca que cada año el 10% de las personas sufre alguna de las 200 enfermedades causadas por ingerir víveres en mal estado y que el costo de esas dolencias para los sistemas de salud pública son equivalentes al de la malaria o el VIH.

La OMS ha instaurado el 7 de junio como día mundial de la inocuidad alimentaria con la finalidad de movilizar acciones para prevenir, detectar y gestionar los riesgos transmitidos por los alimentos y mejorar la salud humana 

Por qué no debo tener miedo a lo que como?

Debo asegurarme de que el alimento que consumo es inocuo, de este modo prevengo las ETAs (enfermedades de transmisión alimentaria)

La inocuidad alimentaria es un término científico para decir que el alimento es seguro.

Así como necesitamos una dieta variada para asegurar que el alimento nos provea de todos los nutrientes adecuados para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, es preciso que éste provenga de una fuente confiable y haya sido manipulado aplicando las buenas prácticas que garantizan que sea saludable.

Más información
Enfermedades de Transmisión alimentaria prevenibles con alimentos inocuos

¿Cómo nos puede enfermar un alimento?

 

Contaminantes químicos

Pueden provenir de fuentes externas: productos de limpieza y desinfección de superficies o utensilios, plaguicidas, etc . o ser ingredientes propios del producto en exceso por mala formulación o incorrecto mezclado. 

 

Contaminantes físicos

Pueden ser provenientes de un incorrecto lavado, manipulación inadecuada o incorporados por mal mantenimieno de maquinaria, algunos ejemplos: trozos de madera, metal, uñas, pelos, etc 

Contaminantes biológicos

Pueden ser bacterias, virus, parásitos u hongos provenientes de las materias primas o incorporados por los manipuladores, utensilios o el ambiente.

¿Cómo prevenir?

Podemos evitar las ETAs aplicando las 10 Reglas de Oro de la OMS. Las Reglas de Oro de la Organización Mundial de la Salud aplicadas a la elaboración y manipulación de alimentos aseguran la ingestión de alimentos inocuos, es decir, que aportan sus nutrientes y no producen enfermedad.

OMS

 

  • Elegir alimentos tratados con fines higiénicos
    Aunque muchos alimentos se consumen en estado natural (por ejemplo, frutas y hortalizas), otros sólo son seguros cuando están tratados. Muchos tratamientos, como pasteurización, irradiación o refrigeración se realizan  para que se conserven mejor, y también para que resulten más seguros desde el punto de vista sanitario.
  • Cocinar bien los alimentos
    Muchos alimentos crudos (en particular, pollos, carne y leche no pasteurizada) están a menudo contaminados por agentes patógenos. Estos pueden eliminarse si se cocina bien el alimento. La temperatura aplicada debe llegar, al menos, a 70 °C en toda la masa. Los alimentos congelados deben descongelarse completamente antes de cocinarlos.
  • Consumir inmediatamente los alimentos cocinados
    Si los alimentos cocinados se enfrían a temperatura ambiente, los microorganismos pueden comenzar a proliferar. Cuanto más se espera, mayor es el riesgo.
  • Guardar cuidadosamente los alimentos cocinados
    Si se quiere mantener alimentos cocinados, hay que prever su almacenamiento en condiciones de calor (cerca o por encima de 60 °C) o de frío (cerca o por debajo de 10 °C). Esta regla es vital si se pretende guardar comida durante más de cuatro o cinco horas. Un error muy común, y al que se deben incontables casos de intoxicación alimentaria, es introducir en el refrigerador una cantidad excesiva de alimentos calientes. En un refrigerador abarrotado, los alimentos cocinados no se pueden enfriar por dentro tan deprisa como sería de desear. Si la parte central del alimento sigue estando caliente (a más de 10 °C) demasiado tiempo, los microbios proliferan y alcanzan rápidamente una concentración susceptible de causar enfermedades.
  • Recalentar bien los alimentos cocinados
    Esta regla es la mejor medida de protección contra los microbios que puedan haber proliferado durante el almacenamiento (durante un almacenamiento correcto se retrasa la proliferación microbiana, pero no destruye los gérmenes). También en este caso, un buen recalentamiento implica que todas las partes del alimento lleguen, al menos, una temperatura de 70 °C.
  • Evitar el contacto entre los alimentos crudos y los cocinados
    Un alimento bien cocinado puede contaminarse si tiene el más mínimo contacto con alimentos crudos. Esta contaminación cruzada puede ser directa, pero también puede ser más sutil. Por ejemplo, no hay que preparar un pollo crudo y utilizar después la misma tabla de picar y el mismo cuchillo para cortar el ave ya cocida o preparar la ensalada; de este modo, podrían reaparecer todos los posibles riesgos de proliferación microbiana y de enfermedad que estaban presentes en el pollo.
  • Lavarse las manos a menudo
    Hay que lavarse bien las manos antes de empezar a preparar los alimentos y después de cualquier interrupción (en particular, luego de ir al baño). Si se ha estado preparando ciertos alimentos crudos, tales como pescado, carne o pollo, habrá que lavarse de nuevo antes de manipular otros productos alimenticios. En caso de infección de las manos, habrá que vendarlas o recubrirlas antes de entrar en contacto con alimentos. No hay que olvidar que ciertos animales de compañía (perros, pájaros y, sobre todo, tortugas) albergan a menudo agentes patógenos peligrosos que pueden pasar a las manos de las personas y de éstas a los alimentos.
  • Mantener escrupulosamente limpias todas las superficies de la cocina
    Como los alimentos se contaminan fácilmente, conviene mantener perfectamente limpias todas las superficies utilizadas para prepararlos. Debemos recordar que cualquier desperdicio, migaja o mancha puede ser un reservorio de gérmenes. Los paños que entren en contacto con platos o utensilios se deben cambiar cada día y hervir antes de volver a usarlos.
  • Mantener los alimentos fuera del alcance de insectos, roedores y otros animales
    Los animales suelen transportar microorganismos patógenos que originan enfermedades alimentarias. La mejor medida de protección es guardar los alimentos en recipientes bien cerrados.
  • Utilizar agua pura
    El agua pura es tan importante para preparar los alimentos como para beber. Si el suministro hídrico no inspira confianza, conviene hervir el agua o potabilizarla con unas gotas de cloro antes de añadirla a los alimentos o de transformarla en hielo para refrescar las bebidas.
Alimentos inocuos previenen ETAS

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