Las matemáticas del marketing y la publicidad
El mundo que nos rodea está repleto de publicidad, miremos hacia donde miremos encontramos anuncios de ropa, calzado, perfume, supermercados, etc. De hecho, en las grandes ciudades, es prácticamente imposible salir a dar un paseo sin encontrarnos un anuncio publicitario cada poco.
Podemos definir la publicidad como la difusión o divulgación de información, ideas u opiniones de carácter tanto político como religioso o comercial, con la intención de que alguien actúe de una determinada manera, piense según unas ideas o adquiera un determinado producto.
Es evidente que el mundo de la publicidad y del marketing es eminentemente creativo, pues se requiere de gran imaginación y recursos para encontrar la forma adecuada de llegar a ese público objetivo o target. Parece, por tanto, que los perfiles más técnicos como matemáticos o estadísticos no tienen cabida en este sector. Sin embargo esa tendencia está cambiando.
Las matemáticas se han convertido en un eje fundamental en el sector de la publicidad y el marketing y, en este artículo, te voy a explicar el porqué de ese cambio de tendencia.
El uso de internet se ha vuelto imprescindible en las últimas décadas, de hecho, ya pocos saben vivir sin estar conectados constantemente a internet ya sea con un ordenador, tablet, smartphone o, incluso, con otros aparatos como electrodomésticos, videoconsolas, etc. Pero este uso desmesurado de internet tiene una parte negativa y es la pérdida paulatina de privacidad ya que, al conectarnos constantemente a la red, dejamos rastro permanentemente de nuestra localización, nuestros gustos, aficiones y nuestra forma de pensar y es, precisamente en este punto, donde la publicidad ha dado un paso de gigante para ser más eficiente y ofrecer a cada persona el producto que mejor se ajuste a sus necesidades o gustos.
Son bien conocidas muchas de las estrategias utilizadas hasta ahora por los grandes supermercados para forzar la compra del usuario como colocar los productos básicos lo más alejado posible de las cajas registradoras obligando al cliente a recorrer una interminable lista de artículos, aparejarlos a productos secundarios con agresivas ofertas, fabricar carritos de compra con una tara en las ruedas de dirección que los hace girar ligeramente a la izquierda para obligar a utilizar dicha mano del cliente para sujetarlos con fuerza quedando la mano derecha liberada de esta tarea para poder coger los productos de las estanterías. Éstas y otras muchas estrategias, son las que han estado empleando los supermercados y grandes cadenas desde hace años.
Demos ahora un paso a la era digital y el mercado electrónico.
Imaginemos a continuación que estamos navegando por internet para buscar información sobre un determinado producto, pongamos por ejemplo, que buscamos información sobre una determinada impresora para nuestro ordenador. En los días posteriores a esta búsqueda, si entramos en cualquier red social como Facebook o Twitter o si entramos en cualquier página web que tenga alojada algún tipo de publicidad, nos aparecerá en ella la misma impresora que hemos estado buscando en la web anteriormente o una comparativa de ofertas, pero ¿es esto casualidad? La respuesta, como os podéis imaginar, es negativa. No es casualidad, la razón es que los buscadores como Google, Bing o Yahoo utilizan herramientas del Big Data para rastrear las páginas que visitamos, el tiempo que permanecemos en ellas, los foros donde solicitamos valoraciones…, para poder ofertarnos ese producto en el que hemos mostrado interés.
Este simple hecho nos demuestra que, realmente, no tenemos privacidad ya que, de una forma u otra, pasamos conectados a la red la mayor parte de nuestro tiempo aunque en ocasiones ni seamos conscientes de ello.
Los grandes comercios son conscientes de las posibilidades que el Big Data les ofrece y por ello incorporan cada vez más especialistas en esta materia a sus plantillas. Aunque no sólo los comercios. Si subimos un eslabón en la cadena de producción y analizamos a los fabricantes, éstos también están incorporando estas técnicas para estudiar la repercusión que tendrá en su público objetivo los nuevos productos, de forma que sólo se fabrican aquéllos que se prevé que tengan una buena acogida.
Este inminente auge del Big Data unido al hecho de que, cada vez menos personas se matriculen en carreras como matemáticas o estadística, hacen que la oferta de trabajo en este sector se dispare, convirtiendo a esta especialidad no sólo en la que tiene una menor tasa de paro, sino en la más deseada por las empresas y en una de las mejor pagadas.
Según el centro de formación español, dedicado a Business Intelligence y Big Data, MBIT School, en los próximos años el 80% de las empresas medianas y el 100% de las grandes empresas contarán con al menos un data scientist. Esta previsión supone una oferta de empleo superior a los 100.000 empleos en España en el futuro inmediato y de más de tres millones de nuevos empleos en Europa.
Autor: Francisco Morante Quirantes @fdetsocial
Co-fundador del blog divulgativo de FdeT