El concepto de inmunidad de grupo ha sido definido por varios autores como ‘’la proporción de individuos inmunizados en una población dada’’ o como ‘’ la reducción de la prevalencia de una enfermedad en una sector no inmunizado de la población, debido a que un alto porcentaje de esa población si está inmunizado’’.
Es decir cuando una enfermedad penetra en una población no inmunizada, la mayoría de los constituyentes de esa población enfermarán debido a que no han desarrollado una respuesta previa a ese microorganismo, por ejemplo. Sin embargo, cuando un alto porcentaje de la población está vacunado, la dispersión de esta hipotética enfermedad se encuentra limitada. E indirectamente el alto porcentaje de individuos vacunados protege a aquellos que no están vacunados.
Así por ejemplo, si en una guardería hay un niño no vacunado y el resto de sus compañeros sí, sus compañeros están creando una ‘’barrera inmunológica’’ que lo protege. El problema se plantea cuando esta proporción de personas no vacunadas aumenta.
El sarampión es un virus de la familia de los Paramyxovirus que se transmite a través del contacto directo con las secreciones nasofaríngeas o gotitas procedentes de una persona infectada y generadas al toser, hablar o estornudar.
Se trata de una enfermedad muy contagiosa, los síntomas iniciales incluyen fiebre alta y tos entre otros. Posteriormente aparecen las conocidas como manchas de Koplik (manchas blanquecinas en la mucosa oral) y un exantema que se extiende de manera descendente por el cuerpo.
En 2017 pero sobre todo en 2018 se hacían eco los medios de comunicación de un aumento de los casos de sarampión en Europa. El sarampión es una enfermedad que tiene vacuna, entonces ¿Qué está pasando?
La vacuna del sarampión en España se incluye con la vacuna de la rubeola y la de la parotiditis en una vacuna que se conoce como la Triple Vírica. Y presenta dos dosis. De acuerdo con organismos como El Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades Europeo (ECDC), el principal problema con estos brotes es la falta de la segunda dosis de esta vacuna por lo tanto no se ha completado la inmunización.
En 2018, en Europa se registraron 35 muertes por sarampión y hubo brotes en países Rumanía, Grecia, Italia o Francia, observando que la cobertura de vacunación es menor a un 95%. Este porcentaje tan alto de inmunización es necesario para una enfermedad tan contagiosa como el sarampión.
Desde los organismos sanitarios oficiales se recuerda la importancia de la vacunación como una responsabilidad con nuestra propia salud y la comunitaria, para evitar el regreso de enfermedades controladas gracias a las vacunas.