Como podéis leer en el anterior post ¿Estrellas fugaces o Basura Espacial?, la cantidad de basura espacial en órbitas terrestres ha ido aumentando considerablemente desde los inicios de la carrera espacial. Veamos como ha evolucionado la basura espacial desde el 1957 hasta el 2010.
Durante los primeros 53 años de misiones espaciales, la principal causa de este crecimiento ha sido la fragmentación de satélites (o partes de satélites) inoperativos. No obstante, hay dos sucesos sobre los que nos centraremos en este post, ya que incrementaron considerablemente la cantidad de basura espacial.
Dos sucesos que marcaron la historia
Observando la gráfica de abajo, hay dos incrementos muy significativos en el número de objetos catalogados que orbitan alrededor de la Tierra. Concretamente en los años 2007 y 2009, cuando tuvieron lugar un polémico experimento y la primera colisión entre satélites respectivamente.
En tan solo 2 años estos dos hechos generaron casi 5000 objetos adicionales, lo que supone un incremento de la basura espacial de un 45% con respecto a toda la generada en los 50 años anteriores. Fueron los dos hechos que más contribuyeron a la basura espacial desde el 1957 hasta el 2010.
El experimento de 2007
Consistió en un test ASAT (Anti-SATellite), que tuvo como objetivo interceptar un satélite meteorológico desde tierra mediante un misil para realizar una demostración militar.
Este satélite se encontraba en una órbita LEO (Low Earth Orbit) y tenía una masa de más de 700 kg, con lo que se produjo una gran cantidad de basura espacial en una zona de alta densidad de población.
Su destrucción supuso aproximadamente la adición de unos 3000 fragmentos, es decir, un incremento de un 29% en tan solo un día con respecto a la generada en los 50 años previos.
La colisión Iridium – Cosmos
Este incidente producido en 2009 es la primera colisión entre dos satélites en órbita desde el comienzo de la era espacial. Es la consecuencia directa de no de-orbitar los satélites una vez finaliza su misión.
En particular, la colisión involucró el Iridium 33, que formaba parte de la constelación Iridium destinada a fines de comunicación, y al Cosmos 2251, el cual era un satélite inoperativo que continuaba en órbita en el momento de la colisión.
El encuentro incrementó significativamente la población de basura espacial en las órbitas próximas al lugar del incidente, ya que produjo aproximadamente 2000 objetos más grandes de 10 cm y cientos de miles de objetos de pequeño tamaño (los cuales no se incluyen en las gráficas porque no son lo suficientemente grandes como para poder rastrearlos).
En la figura de abajo puedes observar la evolución de las nubes de basura espacial producto de la colisión tras un cierto periodo después del impacto (en azul, el Cosmos 2251; en amarillo, el Iridium 33).

Evolución de las nubes de basura espacial producto de la colisión Iridium – Cosmos tras un cierto periodo después del impacto.
Como hemos podido ver en los dos ejemplos previos, el desarrollo y mejora de programas de mitigación de riesgos debido a basura espacial es tan importante como la propia evolución de las misiones espaciales.
¿Qué tal si reciclamos también en el espacio?
Referencias:
https://ntrs.nasa.gov/archive/nasa/casi.ntrs.nasa.gov/20100002023.pdf
Renderización de cálculos orbitales vía web a partir de un archivo TLE, por David M. Sierra Flores (2011).
Hay que tomar conciencia de la necesidad de reciclaje en el espacio. Muy ilustrativo el articulo sobre este problema.