Ilustración de: Pablo Costa Valero

Facundo e Iván son hermanos y como todos los hermanos, se quieren mucho pero también discuten y no logran ponerse de acuerdo con el fútbol. Es que Iván es fanático de CR7 y Facundo de Lio Messi.

En medio de unas de esas discusiones sobre cuál era el mejor del mundo Iván le dijo a Facundo:

  • Lo que me gusta de Messi es que me sirve para estudiar biotecnología
  • ¡Tú y tus estudios! Dijo Facundo pero se quedó pensando y preguntó, ¿biotecnología?
  • Sí Facu, cuando Lionel era chiquito tenía problemas de crecimiento
  • ¿y..?
  • Déjame explicar dijo Iván, que cuando se trataba de ciencia, hablaba más que un loro.

Para poder crecer normalmente, él debía inyectarse todas las noches una dosis de hormona del crecimiento

  • Esa hormona la produce una glándula en nuestro cerebro, ¿no?
  • ¡Exactamente!, la hipófisis; pero cuando no produce en suficiente cantidad los niños no crecen normalmente
  • ¡Ah! Y por eso se la inyectan
  • Sí, pero el tratamiento era costoso y muy riesgoso hasta que se comenzó a utilizar la biotecnología
  • ¿por qué? Preguntó Facundo que en este punto ya se había olvidado de la discusión futbolística
  • Porque era extraída de hipófisis de cadáveres
  • ¡Puaj, que asco! Y ahora ¿cómo se fabrica?
  • Se fabrica adentro de bacterias
  • ¿cómo?
  • Mira, te explico: la biotecnología es un conjunto de herramientas tecnológicas que usan organismos vivos, en este caso las bacterias, para generar un producto, en este caso la hormona del crecimiento
  • Estoy confundido, dijo Facundo, que yo sepa las bacterias no “fabrican” hormona del crecimiento
  • Eso es cierto, pero la ciencia ha descubierto que todos los seres vivos, desde el ser humano hasta la bacteria más pequeñita, producimos proteínas de la misma manera
  • Proteínas… pero acá estamos hablando de una hormona
  • ¡Ay Facu! Si todo el mundo sabe que las hormonas son una clase especial de proteínas
  • ¡Parece que no soy todo el mundo! Pero sigo sin entender cómo las benditas bacterias pueden fabricar la hormona
  • ¡Ah sí! Con los avances de los conocimientos científicos fue posible saber dónde estaba, en los humanos, el gen de la insulina y con técnicas biotecnológicas se pudo “cortar” del ADN de la célula y “pegar” en el ADN de la bacteria
  • Y… ¿la bacteria lo reconoce como suyo?
  • ¡Eso es correcto! Y entonces usa las instrucciones que lleva ese gen para producir la hormona
  • ¡Qué interesante! Y en el frasquito que llega a la farmacia ¿están también las bacterias?
  • ¡No! Las bacterias que producen hormona del crecimiento son “cultivadas” en grandes tanques de acero inoxidable, luego la insulina allí producida se purifica para envasarla en los frasquitos que se venden en las farmacias

Si no fuera por eso, ni atención le presto a Messi, dijo Iván pasando de repente de la ciencia al fútbol

  • ¿Qué no? Dijo su hermano, ¿no has visto los goles que hace? ¡Es un maestro!
  • ¡Ja! Maestro es Cristiano que hace goles de cabeza, de chilena, gambeteando… ¡no tiene comparación!
  • ¿qué sabrás tú de fútbol?
  • ¿y tú? Que no le haces goles ni al arco iris…

Y así siguieron discutiendo sin ponerse de acuerdo hasta que su mamá los mandó a arreglar el cuarto y hacer la tarea.

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