Que el mundo ha cambiado en los últimos 20 años es algo indiscutible. Muchos hablan de un cambio de paradigma, otros de un cambio de era, nada será igual que antes de Internet. Pero, como todo cambio, hay que mirarlo con perspectiva. Coincido con pensadores como Genís Roca en que estamos en la Edad de Piedra de Internet, todo lo que estamos viviendo es sólo el principio y no somos capaces de imaginar hasta dónde puede llevar todo esto. Cuando se descubrió el fuego o se inventó la rueda no se era consciente de las posibilidades, la evolución e influencia que tendría en la historia de la humanidad. Es por ello que, todos los cambios tecnológicos que observamos hoy en día, no hay que verlos como una moda o como algo pasajero, sino como herramientas que están transformando el mundo a tiempo real.
La nueva geografía trabaja la escala humana a través de los Sistemas de Información Geográfica (SIG).
Ilustradora: Pilar Barrios
Los antecedentes de esta nueva era ya fueron planteados por dos grandes genios del siglo XX: Isaac Asimov y Arthur C. Clarke, en 1982 y 1974 respectivamente ya hablaban de ordenadores personales, consolas, movilidad, teletrabajo, elearning, Wikipedia, etc. (recomiendo mirar los videos enlazados a estos autores donde se comprueba la lucidez de sus planteamientos). Pero esto no es ciencia ficción, es la realidad, hay cosas que parecen del futuro y pertenecen al presente continuo.
Soy geógrafo y lo que estudié (y parte de las cosas que aún se estudian en la Universidad) aún tiene algo que ver con la realidad de hoy en día pero sólo en el fondo, porque la forma ha cambiado totalmente y de hecho el fondo también está cambiando hacia una geografía global en el ciberespacio. Cuando hablamos de tecnología e información geográfica hablamos de geotecnologías y son usadas por la industria geoespacial. Según la Wikipedia Geotecnología es “el conjunto de herramientas, métodos, técnicas y procedimientos orientados a la gestión de la Información Geográfica Digital”. Por tanto, estamos hablando de información geográfica vinculada al elemento digital, de cómo el mundo físico y el mundo online están unidos e interrelacionados a través de las geotecnologías como las herramientas de comunicación entre el ser humano y el espacio.
La física cuántica se encarga del ámbito de lo infinitamente pequeño.
Ilustradora: Pilar Barrios
Tal y como expone Gustavo D. Buzai (fig 1) todo depende de la escala de análisis que se utilice: si la física cuántica se encarga del ámbito de lo infinitamente pequeño (microscopio) y la astronomía lo hace de lo infinitamente grande (telescopio) la nueva geografía trabaja la escala humana a través de los Sistemas de Información Geográfica (SIG).
En este comienzo del año 2017, han aparecidos dos excelentes documentos que analizan y explican la industria geoespacial, se trata del “Global Geoespatial Industry Outlook”, editado por Geospatial Media and Communications y el “AGI Foresight Report 2020” de la Association for Geographic Information, en el que se hace una revisión del estado actual de ésta alrededor de cuatro componentes, indicando el peso específico de cada uno de ellos: análisis espacial y Sistemas de Información Geográfica (SIG) con un 17%, posicionamiento y Sistemas de Navegación por Satélite (GNSS) con un 33%, observación de la Tierra (37%) y escaneado (13%). (fig 2)
La astronomía se encarga del ámbito de lo infinitamente grande.
Ilustradora: Pilar Barrios
Por otra parte, las tecnologías que conducen a la industria geoespacial y que conforman un ecosistema en el que se organizan y se relacionan son la nube (Cloud), Internet of Things, el Big Data (la clave está en los datos) y la automatización y robótica; de modo que impactan tanto en la gobernanza como en los negocios y la ciudadanía, generando un valor económico y una transformación en todo el mundo (fig 3). En resumen, hay numerosos hechos sobre la industria geoespacial que muestran y demuestran que es una realidad en el presente y una oportunidad del futuro, pudiendo resumirse en los datos que justifican dicha realidad a través de esta infografía basada en ocho puntos:
1.- En 2017 el 20% de las consultas en Internet comienzan por la palabra “where” (dónde)
2.- El 82% de las personas usan sus teléfonos para consultar mapas o por el GPS
3.- El 69% de las consultas de Google implican una localización específica
4.- En el 2030 el 25% de los vehículos podrían ser autónomos
5.- En 2014 el valor de los productos y servicios en la industria agrícola era de 2 billones de dólares
6.- El 67% de las fotos subidas a Internet tienen una localización asociada
7.- Los datos geolocalizados (incluyendo el GPS) generarán un valor de consumo de 500 billones de dólares en 2020.
8.- En 2020 la industria geoespacial crecerá hasta los 72 billones de dólares e 2020.
Por tanto, nos encontramos en un momento apasionante en la historia de la humanidad donde cada vez se hace más necesario combinar los elementos tecnológicos con los humanos. Parafraseando a Giner de la Fuente (2004) “En la sociedad de la información el conocimiento se convierte en combustible y la tecnología de la información y la comunicación en el motor”. La tecnología siempre es un medio al servicio del conocimiento para mejorar la vida de todos en el planeta Tierra y éste sólo se obtiene con más ciencia 😉